I’m Remarkable

El síndrome del impostor

Enfrentamos un desafío interno conocido como el síndrome del impostor. Como menciona Marianne Williamson en su poema “Nuestro miedo más profundo”: Es nuestra luz, no nuestra oscuridad, lo que nos asusta.

Nos preguntamos quiénes somos para brillar y ser exitosos. Pero, ¿quién eres tú para no hacerlo? Muchas veces, nos autosaboteamos con pensamientos negativos como “no puedo”, “no lo merezco” o “no soy suficiente”. Es importante cambiar esta mentalidad y reconocer nuestro propio valor.

Cuando nos encontramos frente a la evidencia de que una persona está experimentando una serie de eventos positivos y favorables en su vida, es común que nos sorprendamos y expresemos nuestra admiración con la frase: “¡Qué suerte la que tiene!”. Sin embargo, es importante recordar que el concepto de suerte es subjetivo, ya que cada individuo experimenta una serie de circunstancias y oportunidades en su camino, y lo que puede parecer suerte para unos puede ser el resultado de esfuerzo y perseverancia para otros.

Una sensación de logro es el fruto del esfuerzo y dedicación que se invierte en la búsqueda y consecución de metas. Es el resultado de trabajar arduamente, superar obstáculos y perseverar hasta alcanzar los objetivos que nos hemos propuesto.
Un logro genuino no implica fanfarronear o presumir, ya que se fundamenta en hechos reales y tangibles. 

Creer en uno mismo es esencial para alcanzar el éxito. Como argumenta Hill en su libro “Piense y hágase rico”, si no confiamos en nuestras propias capacidades, será difícil convencer a otros de que lo hagan. Celebrar nuestros logros, sin importar su magnitud, combate la negatividad y fortalece nuestra autoestima, motivándonos a seguir alcanzando más.

Cuestionarnos, autoeducarnos y aceptarnos son pasos fundamentales en el camino hacia el crecimiento personal. Conocerse a uno mismo, comprenderse, aceptarse y amarse son ejercicios desafiantes pero necesarios para alcanzar nuestro verdadero potencial. No podemos elegir lo que nuestra voz interna nos dice, pero sí podemos elegir cómo respondemos a ella. 
 
Buenas prácticas

Después de comprender estos conceptos fundamentales, decidí compartir el taller I’m Remarkable con mis compañeros de trabajo en la Decanatura de la Facultad de Humanidades de la Universidad Rafael Landívar. Mi objetivo era motivarlos, mejorar la comunicación y fortalecer el trabajo en equipo. Fue un desafío, pero valió la pena.

Con noventa minutos de duración y dividido en tres partes, los participantes se sumergen en un proceso de empoderamiento y fortalecimiento de la confianza en sí mismos.

En la primera parte, se fomenta el debate y la reflexión sobre la importancia de la confianza personal, abordando temas como los desafíos individuales y los estereotipos que pueden influir en nuestra autoestima. 

En la segunda parte, se llevan a cabo actividades prácticas diseñadas para ayudar a los participantes a reconocer y potenciar sus fortalezas. Por último, en la tercera parte, se enfatiza la importancia de la acción.