Como educador, tu desafío es enorme!!
Hay un gran trabajo que hacer, y es encontrar aquello que te resulte motivante, tanto en el mundo interno, para salir a la vida con compromiso y entusiasmo, como en el afuera, para transmitir todo aquello que has elegido dar como Educador.
¿Qué más eres? ¿Qué más puedes dar?
La clave está en distinguir aquello que te hace único, esa chispa, ese don que puedes agregar a tu vocación y que hace especial una clase, que llame la atención a un estudiante desde un lugar nuevo.
¿Qué te motiva y que no? ¿Qué los motiva y que no?
Nos encontramos frente a cambios radicales en el pensamiento de las nuevas generaciones, hoy hay otras prioridades.
La manera de enseñar, desde hace muchos años, está enfocada en que el estudiante ocupe un lugar en la “economía” y en el proceso de globalización. “Un futuro haciendo lo mismo que en el pasado”.
Hoy no se cree esto, ya que no es una garantía estudiar para tener un buen trabajo y una gran vida. El razonamiento deductivo, la capacidad académica ya no son capacidades con las que se puede medir si alguien es brillante. Hay gente que cree no serlo, pero… ¿No es, quizás, que se está evaluado desde estos estándares que ya en este nuevo mundo, deberían replantearse?
Vivimos en un mundo donde la información es moneda corriente y el factor que más estimula.
La escuela, sus técnicas, sus métodos, aburren a los estudiantes. Las Artes, por ejemplo, en todas sus ramas, ponen a todos los sentidos funcionando en su máximo potencial. Hay emoción en lo que se experimenta. Se despierta el interior del ser humano.
En este artículo me propongo transmitirles algunas herramientas de coaching para generar nuevamente esa pasión que se despertó el día que eligieron ir por el camino de la enseñanza, para ser “Maestros”. Y, lo más hermoso que podemos buscar: es eso que “nos hace ÚNICOS”, empecemos por ahí,
El primer paso, el más importante, es empezar a preguntarnos.
Esas preguntas, que voy a dejarles, en este artículo, son las que van a dar impulso a que internamente puedan ponerse en movimiento y encontrar el camino.
Solo preguntas, las respuestas, las tienen ustedes en su ser. Estas son disparadoras, pueden despertar en ustedes ideas únicas y solo basta con que se escuchen y escriban sus respuestas.
Léanlas y repítanlas en voz alta. Escucharse es el primer paso para luego entrar a la acción.
¿Qué habilidades y conocimientos únicos posees como docente?
¿Cómo las puedes utilizar para mejorar tus clases?
¿Cuáles te gustaría desarrollar para crecer aún más?
¿Qué valores y creencias guían tus prácticas educativas?
¿Cómo pueden influir y motivar positivamente en el aprendizaje?
¿Cómo tu personalidad, estilo de enseñanza y experiencia de vida pueden crear un ambiente único y enriquecedor en tus estudiantes?
¿Qué logros y éxitos, como docente, has experimentado y puedes usar para inspirar y motivar?
Estas preguntas, y las respuestas que ustedes descubran a partir de ellas, lo primero que harán es sacarlos de “lo cómodo”, lo conocido, de donde se consume menos energía.
Les permitirá lograr una visión de a dónde desean llegar como docentes, ser ese nuevo maestro que imaginan ser.
Establecer objetivos y aplicarlos.
Una visión compartida con los estudiantes, colegas, y la comunidad puede inspirar a trabajar juntos hacia un objetivo común.
Un camino con un punto de partida: “Quién estás siendo hoy”,
Un camino con un punto de llegada: “Quién quieres ser”.
Abandonar lo que una vez funcionó , significa confiar en nuestra capacidad para seguir siendo suficientes, aceptando que en un momento podemos no serlo.
Al avanzar caminando, hay un instante, entre un paso y otro, en el que una parte de nosotros no se apoya en el suelo firme, avanzamos en el vacío.
Requerimos aceptar y confiar en nuestro manejo del vacío.
Para que exista un aprendizaje en el ser humano, es necesario que confluyan tres aspectos: las emociones, el cuerpo y el pensamiento. No aprendemos sólo desde la teoría. En la teoría reflexionamos y almacenamos la información, pero para que exista realmente aprendizaje, necesitamos pasar esa información por el cuerpo y las emociones; es acá donde realmente el ser humano aprende.
La escucha activa es otra herramienta pilar del coaching, que utilizada en el aula podría ser de gran impacto, ya que ayuda a comprender mejor a los estudiantes y genera un ambiente de aprendizaje seguro y positivo. Comprender sus necesidades, preocupaciones y opiniones y así adaptar la enseñanza en consecuencia.
Esto ayudará también a establecer una relación de confianza y respeto mutuo.
Hacer preguntas claras, puede ayudar al docente a obtener más información y clarificar lo que el estudiante está tratando de expresar. “Parafrasear” lo que está diciendo puede ayudar al docente a demostrar que lo está escuchando y comprende mejor su perspectiva.
Así también, permite al estudiante escucharse a sí mismo.
El propósito de acercarme hoy a ustedes, es ayudarlos a que puedan sentir que “Dar pequeños pasos, puede concluir en metas Gigantes”, que esto los nutran interiormente, y así, disfrutar de lo que dan, con ese condimento que los hace únicos.
Seguramente, cuando el día termine, sabrán que han dejado una huella…
Les deseo mucho éxito y satisfacción en su camino como educadores. Que puedan inspirar y motivar a sus estudiantes para que alcancen su máximo potencial.
¡Sigamos trabajando juntos para crear un futuro mejor y más pleno para todos!
Les comparto este poema de Charles Chaplin, espero que lo disfruten y que lo sientan como un canal de reflexión, al igual que lo viví yo…
Uno de los poemas más famosos y que nos ofrece una lección fabulosa sobre el crecimiento personal.
LA AUTORA
Coach Ontológico Certificada
Asesora en crecimiento, motivación y desarrollo personal-profesional.
Actualmente cursando la formación profesional en Counseling.
Doctora en Ciencias Económicas.
Natalia De los Santos