Crear para transmitir conocimiento

Cotidianamente, cuando se habla de educación se piensa en la transmisión de conocimiento, pero no en la posibilidad de producirlo como una condición fundamental para promover la formación del ser humano en aras de que éste participe activamente en la sociedad y se realice integralmente como persona.

Desde esta perspectiva, la enseñanza en nuestras escuelas se plantea desde dos claros objetivos. El primero es propio (pero no exclusivo) de la naturaleza misma. Consiste en promover el desarrollo de habilidades mentales y destrezas. Todo ello se logra promoviendo actitudes científicas como manera de pensar y actuar, caracterizadas por el

razonamiento crítico y reflexivo, el respeto por las ideas de los demás, la creatividad, la objetividad, la perseverancia, entre otros valores a tener en cuenta.

Estos son rasgos indispensables que han de distinguir a un ciudadano de mundo (también del mundo). Es decir, que sea capaz de analizar y comprender la realidad en la que está inmerso, de enfrentar nuevas situaciones y de cambiar lo establecido para mejorar en primera instancia su comunidad, pero sin descartar fines más ambiciosos. El otro fin es estimular la formación de una cultura en toda la ciudadanía teniendo en cuenta las capacidades, herramientas y oportunidades globales.

Lo expuesto cabe entenderse como un proceso que permitirá elevar el nivel cultural de la población con tal de que pueda comprender los avances tecnológicos y en otros ámbitos, así como también valorar las acciones que el ser humano realiza y tiene que discernir en su día a día. Por esta razón, es importante analizar crítica y reflexivamente los fundamentos epistemológicos que orientan nuestro sistema educativo actual en general. Igualmente, esto se debe proceder con la manera en la que los docentes enfrentan los procesos de enseñanza en el aula de manera particular, ya que cuando uno de nosotros nos

planteamos escribir un artículo, asumimos un compromiso con nosotros mismos para tratar de ayudar desde nuestros conocimientos.

Por otra parte, los avances tecnológicos de los últimos años han producido un fuerte impacto en la educación, ampliando los escenarios correspondientes. Éstos ofrecen y se sirven de medios de comunicación, al igual que sirven de soporte de materiales para facilitar la interacción entre las personas.

La presencia de campus virtuales apoya el desarrollo de nuevos ambientes educativos con nuevos procesos de enseñanza – aprendizaje. Estos nuevos ambientes aparecen nuevas responsabilidades, tareas, materiales y distintas formas de evaluar un proceso, transformando la concepción tradicional de la enseñanza. De este modo, los nuevos

espacios complementan el trabajo de un aula virtual, aportando nuevos entornos exploratorios dotados de laboratorios en red que permiten a los alumnos verificar hipótesis y valorar tomas de decisiones. Sin embargo, no se debe olvidar que requieren de docentes, revisiones y de prácticas educativas.

Siguiendo esta línea, la capacidad de autoaprendizaje que les permitan a los estudiantes desempeñarse con éxito en un mundo laboral competitivo entra a formar parte las habilidades y disposiciones con el conocimiento disciplinario junto al desarrollo de nuevas habilidades para la construcción por parte de los alumnos de nuevas competencias y

capacidades para aprender y seguir aprendiendo de forma permanente, pensar en forma competente, resolver problemas buscando soluciones eficaces.

Asimismo, la revisión de la práctica docente permite advertir eventuales problemáticas que giran en torno a lo pedagógico (también didáctico) y a la utilización de tecnología en forma apropiada. Los nuevos ambientes educativos que han dado lugar las nuevas tecnologías (TIC), ponen sobe la mesa a los docentes el desafío de lograr una adecuada mediación pedagógica y comunicacional de los contenidos a enseñar, más allá de la constante formación y actualización en su concreta área disciplinar. En consonancia con lo anterior, se busca una acción capaz de promover y acompañar el aprendizaje, la tarea de construir desde el umbral del otro tendiendo puentes entre lo que un estudiante sabe y no sabe bajo tres ámbitos donde debe estar la mediación: los contenidos, los materiales y

las actividades a realizar.

Así, resulta palpable que la enseñanza no es sólo el aprendizaje de un cúmulo de contenidos que el niño debe memorizar para un examen, sino que incluye un conjunto de aspectos que pretenden formar integralmente a éste como un individuo capaz de comprender mejor el mundo y la sociedad en la que vive y la que le rodea y lo rodeará en

el corto, medio y largo plazo. A aprender a conocer, a hacer y hacerlo juntos si se quiere lograr una formación integral y significativa de los niños se debe optar partiendo desde un aprendizaje abierto, dinámico y participativo, donde no solo el producto del trabajo del docente es lo importante. También lo son los procesos del pensamiento y la formación de una actitud de aprendizaje y trabajo colaborativo en los estudiantes.

Es en las actividades donde se representa uno de los aspectos más relevantes y significativos donde las intervenciones didácticas de los docentes van más allá de los materiales didácticos proporcionados a los alumnos que conducirá a un aprendizaje significativo de los contenidos en el proceso de enseñanza – aprendizaje.

Con esta base, analizamos las tendencias metodológicas que se han dado en la enseñanza y se hace una propuesta con la intención de promover un cambio conceptual en la forma de enfrentar los procesos de enseñanza y de aprendizaje de esta asignatura, no solamente en las acciones de mediación docente en el aula, sino también en la forma de concebir los objetivos y propósitos de la misma, con relación a la formación integral del

educando.

En este sentido, debemos enfatizar que el diseño de las actividades prácticas no sólo trata de enunciarlas. Va más allá, puesto que ofrece también la fundamentación, la aclaración del sentido, reconocer las capacidades y las posibilidades que promuevan el desarrollo integral identificando métodos didácticos junto a los recursos tecnológicos

apropiados al área disciplinar. Dichos medios y servicios tecnológicos disponibles en estos nuevos ambientes abren nuevas posibilidades para el diseño de prácticas de aprendizaje con contenidos generados y estructurados.

Cabe destacar que las aplicaciones tecnológicas actuales presentan y brindan al docente asistencia para poder desarrollar una guía de contenidos apropiados para su aprendizaje, todos éstos focalizados con el fin de realizar un aporte específico base fundamental de dicho proceso. Además, reconocen el auge de corrientes pedagógicas y didácticas que abordan el tema de la enseñanza, desde el saber del docente, su posición epistemológica, su proceso de formación y su ejercicio profesional.

Por último, los profesores podremos seleccionar técnicas, materiales y recursos necesarios que permitan facilitar los procesos de aprendizaje a los niños, tomando en consideración, por supuesto, el contexto social y las condiciones de la institución en la que se trabaja, para que de esta manera el aprendizaje sea pertinente, significativo y de

calidad.



42-C11 - 1966 D FCO JIMENEZ PINTORPALOMO 00

Archivos fotográfico de la fundación García Agüera (AFGA). URBANO PÉREZ, J. A. (2000): La aventura de las letras en Coín. Memoria de la escuela, Coín (Málaga), G. A. Ediciones Coincidentes.

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EL AUTOR

Nace en la localidad de Coín (1975), provincia de Málaga. Nieto, hijo y hermano de maestros, desempeña su labor docente hace más de 20 años.

Formado en la Escuela de profesorado María Inmaculada de Antequera, escribe en importantes medios de comunicación de varios países.

Es asesor de educación para líderes políticos en campañas nacionales, y actualmente es CEO en la plataforma educativa Social: https://www.univermind.com/,
acercando la educación a todos los niños del mundo derribando barreras..

foto Tomás

Tomás Pabón Jiménez
Málaga, España

 

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